El Fanfiction puede ser una herramienta de gran
utilidad para los interesados en iniciarse en el mundo de la escritura. En el
Máster de Creación Literaria discutimos sobre la importancia que tiene trabajar
lo que llamamos la tradición propia. Es decir, las obras y autores que nos han
influido, nuestros referentes. Hay muchas formas de hacerlo: la traducción, el
homenaje (de muchos tipos), las referencias cruzadas. El Fanfic es el que llevo
más tiempo usando (y sin saberlo al principio). Cuando miro retrospectivamente
los trabajos de este tipo que he hecho hasta puedo sacar conclusiones: sobre el
tipo de literatura que quiero hacer, lo temas que me interesan e incluso
algunos malos vicios que la práctica ha de ayudar a corregir.
También insinué en la primera parte de la entrada
que el Fanfic no siempre está bien visto. Siendo claros, es un género que no
cuenta con un soporte legal, las obras no están protegidas y tampoco se les
debería acusar de ser plagios. En su defensa he de decir que el Fanfic no
engaña, el que llega a él sabe lo que va a encontrarse. No se distribuye con
ánimo de lucro y no pretende suplantar ni aprovecharse del trabajo original de
los autores. Como explicaba antes, puede ser incluso un homenaje. Claro que no
todos los escritores que ven a sus lectores escribiendo Fanfiction sobre su
obra se lo toman igual de bien. Ejemplo de ello son algunas de las acciones
legales que emprendió J.K. Rowling contra algunos de sus fans. (Dejo de lado el
caso Lexicón, ya que no era un Fanfic sino un libro a punto de ser publicado)
Y para acabar un pequeño ejemplo de Fanfiction hecho
por mí (que hasta ahora sólo he compartido literatura de No Ficción). Es un
cuento corto, algo poco habitual en mí, que se me alargan las historias hasta
convertirse en novelas. Con motivo de un ejercicio para el Máster en Creación
Literaria se nos pidió que reescribiéramos un “mito de origen”. Podía ser del
cosmos, de algún personaje, de la civilización humana, etc. Yo escogí basarme
en el universo que crea Laura Gallego en Dos
Velas para el Diablo y usé su mitología para contar los orígenes de nuestra
especie. Así nació Ángeles, Demonios y
Australopithecus.
Próximamente: Mass Effect. No desviarse del camino, o sí. Será la primera entrada sobre un videojuego y la aprovecharé para comentar algunas conclusiones que se extrapolan a los libros sobre la regularidad de una saga.
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