Como ya anunciaba en la entrada anterior y en la
crítica plagada de spoilers que adjunté, no es oro todo lo que reluce en
Retrum. Hay algunos detalles que sacaron de la lectura en más de una ocasión y
que perjudicaron la impresión global que me produjo la novela.
(autor desconocido)
Primero me gustaría hacer referencia al personaje de
Alexia, con quien me costó mucho conectar. A no ser que sea algo deliberado por
parte del autor, que no es el caso, es un problema no simpatizar con la pareja
sentimental del protagonista de una historia, especialmente si tiene un peso
narrativo tan marcado. No es que me provocase ningún tipo de rechazo, sino que
esperaría algo más. Sobre todo en lo que a caracterización se refiere. Quiero
decir que en comparación con Lorena, Robert (e incluso con Alba), no llegamos a
saber lo suficiente de Alexia.
Relacionado con lo anterior se debería hablar de la
elección del narrador. Entre los escritores está bastante extendida la opinión
de que la primera persona es el recurso más sencillo. La comparto y creo que
para iniciados se debe utilizar cuando la trama que se narra es sencilla, como
en Retrum, y el protagonista tiene una personalidad compleja. Pero ni Miralles
es un iniciado, ni Christian es tan complicado. Sin discutir la elección del
autor hay que tener en cuenta que una vez tomada le crea una constricción
importante: sobre el protagonista los puedes explicar todo (le oímos pensar
en todo momento), pero sobre los demás personajes sólo puedes mostrar.
Esto es más complejo y requiere un manejo de recursos narrativos de los que el
autor no echa mano de forma ecuánime entre sus personajes. Volviendo a Alexia,
aceptamos que no podemos conocer sus pensamientos por las limitaciones del
narrador, pero seguimos echando en falta que se nos muestre de ella algo más.
No en cuanto a cantidad de cosas que se nos cuentan, sino en cuanto a calidad o
forma de contarlas.
Luego hay otros dos detalles que considero como
fallos de planteamiento. Uno es el uso del trilladísimo recurso de las gemelas
que aquí sirve tanto como excusa romántica como para añadir un elemento de
misterio a la novela. Pero de intriga… tan poca que precisamente por el uso de
este recurso según el decálogo de Knox, Retrum jamás podría considerarse una
novela de misterio (la décima regla es que se desaconseja el uso de gemelos). El
otro son las inverosímiles desapariciones de Alexia, especialmente la primera,
tras la tragedia de Highgate. Injustificable. O tal vez no, pero como no llegué
a entender del todo al personaje lo parece. En la vida real el amor nos puede
llevar a hacer cosas inverosímiles, pero esto es ficción y la ficción requiere
congruencia. Incluso cuando un personaje va a hacer algo disparatado e
incoherente, tiene que ser comprensible para el lector.
Por último podría volver a cargar las tintas con la
acelerada progresión narrativa del final, pero ya quedó bastante clara mi
opinión en la crítica que adjunté la semana pasada. Haciendo balance de los
fallos de Retrum se aprecia que aun dejan un saldo positivo con respecto a sus
muchos aciertos. Sin embargo la literatura vive de los detalles y es vital que
un escritor cuide aquellos que puedan sacar al lector de la historia, ya que
corre el riesgo de perderlo de forma definitiva.
Próximamente: Akumetsu. Un hombre, un asesinato.
Toca introducir el universo del manga, que me ha influido como escritor de
manera crucial. Además, Akumetsu es una de las obras que más influye en la
novela que preparo para el proyecto de final de máster, por lo que hablaré
largo y tendido de ambos trabajos.
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